Reseña: Mar abierta - María Gudín

Título: Mar abierta
Título original: -
Autor/a: María Gudín
Saga: - 
Editorial: Grijalbo
ISBN: 9788425354342
Año de edición: 2016
Tapa dura, 544 págs.

   

Un sol cegador entra a raudales cuando la esclava y curandera Josefina descorre con energía los cortinones. Fuera, en ese luminoso abril de 1655, la ciudad colonial de Santo Domingo rebosa un bullicio y una alegría que no se respiran en la habitación en penumbra donde se refugia Catalina de Montemayor y Oquendo. Pero ¿qué sabrá la criada de esta joven que vive en silencio, sumida en sus recuerdos, desde que llegó a la isla de La Española? ¿Qué historia guarda para sí?

Una historia que arrancó en Sevilla, en 1638, cuando Catalina, entonces una niña, y su madre Isabel de Oquendo, hija y nieta de almirantes vascos, se embarcaron en un galeón para reunirse en el Nuevo Mundo con un padre y un marido al que no veían desde hacía años. El destino quiso que terminasen en Londres, retenidas a la fuerza.

Una historia que prosiguió en Oak Park, la Casa del Roble, propiedad de los Leigh, donde Catalina fue acogida como una más y encontró al mejor compañero de juegos posible: Piers, el hijo menor de la familia. Juntos habían buscado a los fantasmas que, se decía, recorrían la mansión las noches de luna llena. Juntos se habían escapado a la cercana ensenada, desde la que se divisaba una mar abierta, indomable, por la que ambos soñaban navegar algún día. Y juntos habían crecido, hasta que una guerra fratricida los separó.

Hace ya unos años me introduje en la novela histórica gracias a "La reina sin nombre" de María Gudín, libro que me enamoró pese a lo lento que se me hizo en algún que otro momento, y aunque no he continuado (al menos por ahora) con los otros dos libros de la trilogía que lo forman, supe que querría leer todo cuanto esta autora escribiese. Así pues, hace relativamente poco llegó Mar abierta, un libro que nada tiene que ver con aquél, pero del que también he disfrutado.

Mar abierta se desarrolla en una época y lugares que desconocía por completo: en Inglaterra y la isla de La Española del siglo XVII. Así pues, la historia se divide en dos partes, la primera mitad está narrada en primera persona por Catalina de Montemayor y Oquendo (conocida como Len) y la segunda mitad por Piers Leigh. Además, en dichas partes nos encontramos con distintas líneas temporales que actúan como las piezas de un puzzle que irán encajando al ir desarrollándose la historia.

La trama comienza con Len siendo adulta y viviendo en la isla de La Española, donde es presa del sentimiento de culpa y de los remordimientos, y es durante la narración desde su infancia cuando conoceremos el porqué de su estado. Además, gracias a estos recuerdos la autora también describe de forma magistral la situación política y religiosa de la Inglaterra del siglo XVII, que me ha parecido sumamente interesante, así como todo lo relacionado con las islas del Caribe pertenecientes a España, y los piratas y corsarios que surcaban sus aguas.

Como ya he mencionado, en Mar abierta hay dos protagonistas, Len y Piers. Ella es nieta de un importante almirante Vasco y que, por ciertos motivos y tras una infancia muy dura, acaba en Inglaterra, concretamente en Oak Park, la casa de los Leigh. Allí conocerá a Piers, el hijo menor de la familia, con el que enseguida conectará. Ambos personajes me han gustado mucho a lo largo de la historia, sobre todo Len, por todo lo que le ha tocado vivir y como trata de sobrellevarlo. Y, aunque no son unos personajes con los que me pueda sentir identificada, sí que me han parecido que estaban perfectamente perfilados y que resultaban creíbles en el contexto histórico en el que se desarrolla la obra.

Por otro lado, hay una extensa cantidad de personajes secundarios, por lo que ha habido algún que otro momento en el que no recordaba quién era quién. Y entre dichos personajes, para mi brilla con luz propia Josefina, la esclava negra, por cómo afronta la vida y por cómo, tal y como ella misma se define, aunque es iletrada sabe mucho de la vida y ha sido un personaje que me ha calado muy hondo.

Para mí el único aspecto negativo que puedo decir sobre esta novela es el ritmo. Ya me ocurrió con “La reina sin nombre” de la misma autora y es que, a pesar de que lo que cuenta me está encantando, siento que no avanzo tanto como me gustaría y que en ciertos momentos, aunque no llegaba a aburrirme, me daba la sensación de que el ritmo no terminaba de arrancar y me frustraba un poquito.

Sin embargo, la pluma de la autora me parece extraordinaria, de lo mejorcito que he tenido el gusto de leer, ya que narra los hechos con un vocabulario muy amplio y tan cuidado que da la sensación de que forma parte de la propia ambientación de la novela de lo increíblemente maravilloso que es. Aunque he de confesar que tantos términos referentes a la marina me abrumaban en algún momento que otro.

En cuanto a la ambientación, como ya se puede intuir por todo lo que he ido diciendo a lo largo de la reseña, me ha encantado ya que la autora recrea maravillosamente todos y cada uno de los escenarios en los que se desarrolla la novela, y se aprecia claramente todo el trabajo exhaustivo de documentación que este libro lleva detrás.

Por último, el final me ha dejado totalmente satisfecha, pues ha conseguido mantenerme pegada a las últimas páginas por la incertidumbre de qué ocurriría, ya que el desenlace y el destino de sus personajes es un misterio hasta el último momento. Mención aparte, ese precioso epílogo narrado por Josefina que ha sido una auténtica delicia.

Lo mejor: la maravillosa ambientación, el amplio y cuidado vocabulario utilizado por la autora, personajes creíbles y final perfecto.

Lo peor: el ritmo no ha conseguido atraparme hasta casi el final.

Primer capítulo, aquí.

María Gudín ha escrito, además de Mar abierta, una trilogía ambientada en los albores de la Edad Media y cuya reseña de la primera parte podéis encontrar aquí.

En plena Alta Edad Media, una niña huérfana es acogida por los albiones, una tribu de origen celta. Conocida como Jana, la chiquilla aprende los secretos de las artes curativas de la mano del druida Enol y participa en los confictos del momento. Su ímpetu la sitúa en el trono de Albión junto al rey Aster, su gran y único amor. No obstante, pronto se descubre que posee ascendencia real y es reclamada por su verdadero pueblo: los godos.

¡Nos leemos!